Recuerdo como si fuese ayer la primera vez que fui a una psicoterapia. Fue con un psicoanalista que me recomendó mi tutor de prácticas de la universidad, cuando terminaba la carrera de Psiclogía.

Tenía una consulta pequeña en un barrio de oficinas de Santiago de Chile (Providencia), donde al menos en ese momento los terapeutas solían abundar.

Era mi turno, por fin iba a probar lo que tanto tiempo había estudiado y con un terapeuta de confianza, recomendado por mi supervisor, a quién yo consideraba el mejor terapeuta de mi facultad.

No podía estar más nervioso y atento a todo lo que fuese a suceder en esos encuentros.

Miles de preguntas me rondaban por la cabeza ¿cómo arrancar la sesión? ¿cómo ordenar todas esas cosas que necesitaba decir, pero que no conseguía expresar? ¿qué me diría él? ¿cómo sería nuestro encuentro?

Todo se resolvió rápidamente en cuanto me senté en mi butaca. Lo que uno se imagina antes de la acción es completamente diferente a todo lo que pasa cuando por fin ocurre.

Y es que claro, en ese momento ya no tienes el control, estás en el cara a cara, en la inmediatez del momento y a merced de todas las cosas que el «terapeuta» te pueda decir.

Leo este párrafo que acabo de escribir y parece que yo lo viese como un enfrentamiento, y aunque esa idea me causa cierto rechazo, creo que lo es. No es un enfrentamiento con el terapeuta, es con uno mismo.

Eso es quizás lo que más me marcó de esa primera sesión. Ese otro delante de mí, con toda su atención y su imparcialidad puesta en mí, me obligó por primera vez a enfrentarme a mi mismo.

Ese enfrentamiento no ha terminado nunca más, con sus momentos de guerra, momentos de paz, momentos de trabajo duro y momentos de dicha que nunca pensé que llegaría a vivir.

Lo cierto es que siempre voy a agradecer todo lo que comenzó en mi vida a partir de esa primera sesión.

No solo porque definió mi futuro profesional como terapeuta, sino porque me cambió la vida en sus rincones más íntimos, en mi relación conmigo mismo y con todo lo que he ido construyendo a partir de entonces.